A veces, los equipos no pueden cumplir su misión sencillamente porque sus miembros no tienen clara la razón por la que se creó el equipo, sus objetivos y los resultados que se esperan de él. Quien deba hacerse cargo de la gestión del equipo y quiera organizar bien el trabajo debe de tener muy claro hacia dónde va, con qué medios cuenta y qué necesita para poder alcanzar su meta. Sin duda, un buen líder debe de tener habilidad para conseguir de la alta dirección todos los recursos y apoyo necesario para que el equipo cumpla su misión.
Los planes estratégicos de la compañía se deben dar a conocer en reuniones bien planificadas, con la debida metodología que explique los motivos, objetivos, responsabilidades y las esperadas consecuencias que mejorarán los resultados y el posicionamiento de la organización. Por otro lado, es fundamental que los miembros del equipo sepan dónde van, qué se espera de ellos y cómo contribuye el equipo y cada uno de ellos a la consecución de los objetivos marcados y a la estrategia de la empresa.
Las jerarquías funcionan si las personas funcionan, si los otros comprenden que tú estás por encima porque respetan tus habilidades o tus méritos. El exceso de jerarquías crea estructuras pesadas y en ocasiones provoca desmotivación entre las personas que no forman parte de esas estructuras. En este sentido, también es importante delegar y el poder de tomar decisiones. El líder debe de saber delegar asumiendo todo tipo de consecuencias. Y, a su vez, los componentes del equipo deben de saber aceptar la delegación del líder, asumiéndola como parte de su desarrollo profesional y como paso previo necesario para su crecimiento como futuro responsable del área de negocio.
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Las personas necesitan un ambiente de exigencia, calidad, compromiso e involucración. Esta exigencia debe ser inductiva, fomentarla con el ejemplo, ya que nadie será autoexigente si el líder no lo es. El líder con esa actitud demuestra que cree en el proyecto, que con su sacrificio personal manifiesta que está comprometido con el proyecto, sin embargo, el directivo que proclama con seriedad “hay que concluir con esto urgentemente”, e inmediatamente se escabulle, produce hilaridad y no motiva, y sólo conseguirá sus objetivos en la medida en que su control sea exhaustivo.
Es importante que todos los miembros de tu equipo estén orgullosos de pertenecer a el. Por eso es importante conocer a las personas, conocer que tenga relaciones positivas entre ellas y que cada una desempeñe un rol, y que además lo tenga claro, así como reconocer los esfuerzos y comunicar los errores cuando se produzcan.
El equipo debe de estar compuesto de personas contentas, satisfechas, y que tengan claro que están en un buen sitio. Cuando esta máxima cambia, es porque cambian sus prioridades. Cada individuo es diferente y su evolución profesional merece ser analizada de forma diferente. No es posible la misma estrategia para todos ya que, dependiendo de las competencias y del desarrollo individual, se forjan las futuras responsabilidades de cada miembro del grupo.
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Para ser líder es fundamental transmitir valor a las personas que se proyectan directa o indirectamente en ti. Para crear resonancia en las personas hay que contar con una serie de valores que deben de ser inherentes al líder: habilidades y competencias para gestionar proyectos, y empatía para saber gestionar personas. El resultado será nuestra credibilidad personal y profesional.
Aprender a gestionar miedo al fracaso y al rechazo, también es una función del líder. Ya que el miedo lo que hace es paralizar la productividad por lo que el líder debe de ser consciente y transmitir confianza mediante la comunicación.
El líder afronta el conflicto sin remilgos ni dilaciones. No se arredra ante la hipotética impopularidad de medidas o acciones que considera prioritario tomar. Así, facilita que aflore la faceta constructiva y enriquecedora que el conflicto o tensión está llamada a desempeñar. Es decir, que desde el lado optimista, el conflicto es un hecho negativo que en los equipos, si es bien gestionado, puede convertirse en una ocasión tremendamente positiva.
Y si se produce algún tipo de conflictos entre compañeros, no tomes partido por ninguno de ellos. Sin embargo, es importante escuchar ambas partes, y recordar que algo no estuvo bien, pero, sin duda tendrán que hablar entre ellos y eliminar tensiones.
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